23 enero 2012

Alientos congelados en infinitos delirios.

– Fría como la nieve, congelada, petrificada. Amarrada al desdichado delirio de su figura perfecta, curvándose como un cristal delicadamente tallado. No sentía, ni padecía, ni experimentaba ningún tipo de emoción que se desviara del camino corriente de su insignificante vida. Dura como la roca, fina como el cristal. Respiración lenta,  alma reducida a un suspiro helado. Parecía una estrella pálida y reluciente, con la fina piel de porcelana de una muñeca antigua. Sus ojos... Morirías por sus ojos. Explosivos, centelleantes, fríos, bellos. Podrías perderte en ellos, y jamás encontrarte. Te roban el aliento y lo esconden en sus profundas e infinitas pupilas. Y su pelo, oscuro como la noche, largo como esa eternidad que nunca termina. El viento no la hacía estremecer como a ti o como a mí, sino que la mece en un perfecto vals causando la más pura fusión de los sentidos. Y sus labios, rojos como la pasión ardía que un día había recorrido sus venas, y que hoy había sido reemplazada por la infinita condena de su desdichada vida. Pertenece al invierno, a lo inerte y sin vida, a lo congelado.


– Y ¿en qué se convertirá para mí?


– En tu vida, en tu juventud, en tu aire, en tu locura, en tu delirio, en tu enfermedad. Se llevará la respiración justa fuera de ti, te dejará sin alma, sin esencia. Se convertirá en tu pesadilla, en la razón por la que mueres pero es la única que podrá salvarte. Se convertirá en tu vejez, tu desdicha, tu melancolía. Se convertirá en tu último aliento, robará tu vida y tú... tú conocerás la muerte.

6 comentarios:

  1. Lo has escrito tu? Vaya, escribes genial :-)

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  2. *Pertenece al invierno, a lo inerte y sin vida, a lo congelado.* Me encanta.

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  3. INCREÍBLE, y la última frase, la culminación del relato.

    (te sigo. achuchón bien fuerte)

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  4. *son palabras* en serio, me encanta <3

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